EL PASADO

EL PASADO
PelículasLE PASSE / Francia, 2013
Dirección: Asghar Farhadi
Guión: Asghar Farhadi
Fotografía: Mahmoud Kalari
Reparto: Berenice Bajo, Thar Rahim, Babak Karimi, Alli Mosaffa, Pauline Burlet, Elyes Aguis, Jeanne Jestin, Sabine Quazani y Valeria Cavalli.
Boceto. Notas sobre el habitar la experiencia de ver una película.
¿Dónde ocurre la película?, ¿En qué lugar?
A propósito de Elly y El pasado de Asghar Farhadi.
En El Pasado todo ocurre desde ahí, desde un pasado. Todo lo que se ofrece al espectador es el presente de un grupo de personajes muy vivos, muy cargados, empapados de sus capas más profundas, de lo que han sido sus historias individuales y como grupo, como familia, incluso los niños que participan del film cargan sobre sus pequeños cuerpos el peso de su pasado. Son esas capas que nos constituyen en nuestra esencia, capas con heridas, con costras, con marcas, con cicatrices, capas que, por momentos breves, dejan entrever la alegría de algún tiempo que fue mejor.
En un ejercicio de analogía; podríamos considerar en relación a sus dos películas vistas, que el cine de Farhadi es también un ejercicio de construcción de y por capas, que van aportándole al cuerpo cinematográfico de sus films: una densidad y, un espesor atractivo y lleno de un pulso vital.
En El Pasado volvemos a encontrar la idea que se nos presenta en A propósito de Elly, que tiene que ver con la importancia o el lugar que ocupan las preguntas sobre nosotros mismos, sobre nuestros vínculos, sobre nuestros compañeros de vida, sobre nuestras relaciones más intimas, sobre nuestra familia.
El cine de Farhadi es claro y contundente, un cine de preguntas más que de respuestas, quizás no existen las respuestas como tal. En cada plano delicadamente construido podemos percibir que hay una gran porción de energía que se toca, que se rosa, que choca y que constituye una gran materia, un cuerpo material, que a su vez va exudando un peso enorme, que va transformando el film en un algo rotundo, total, que ocupa todo el espacio de la pantalla y el de nosotros como espectadores (conscientes). Todo nos atrapa, todo nos parece tremendamente seductor, a pesar de la violencia, a pesar de la pena y a pesar de la nostalgia; y nos vamos asfixiando y nos vamos ahogando juntos, vamos naufragando en medio de una feroz tormenta humana.
Mantenerse en movimiento es la orden, la inmovilidad como espectadores, el quedarnos paralizados frente al horror de todo lo que ocurre puede ser un error que nos cueste nuestra sobrevivencia, movernos, inclusive para quedarnos escondidos en algún rincón de ese lugar, de ese espacio habitado por todos y todo al que van llegando todos los personajes de la historia, además de lo doméstico, además de lo corpóreo, además de lo objetual, además del tiempo, del deterioro, de la suciedad, que se combina con la nueva pintura o con la limpieza o con una remodelación; el espacio físico habitado por la historia completa, los personajes e inclusive el paisaje -que es visto y contemplado desde ahí- todo lo que habita en él es importante para Farhadi, se refuerza la idea de las unidades básicas de tiempo-espacio que constituyen al cine como lenguaje: plano, escena y secuencia.
Una película es un territorio habitado por la historia y por nosotros como espectadores. Entonces nos enfrentamos a acompañarnos en un ejercicio de investigación, un ejercicio de exploración, en una zona desconocida y sin mayores antecedentes , casi sin nada, en un estado de ignorancia que por momentos nos apabulla; y en otros nos favorece porque nos obliga a estar muy atentos, muy receptivos y sensibles para no perdernos de nada (o quizás para perdernos) de lo que vamos encontrando a lo largo de este recorrido Asistimos a un viaje a través de un territorio delimitado por el pasado, contenido en un espacio la casa sometido a un ejercicio de demolición, a un trabajo fino de derrumbe con explosivos, removiendo y ordenando escombros, escavando para ir encontrando algunos rastros, algunos datos sobre la historia de cada personaje, algunas señales de quienes son los que están ahí, sobre la historia de ese lugar, de esa casa, de esa playa, de esa ciudad; nada es muy concreto, existe siempre la posibilidad de que todo cambie, de que alguien o algo desaparezca o parta para siempre.
Es entonces cuando la historia se transforma íntimamente en lo que cada uno de nosotros haya podido rescatar y guarda, constatando así una vez más nuestra condición de espectadores al asistir al acontecimiento de un film, al habitar individual de la experiencia de ver una película y será en otro día, después que la memoria (sin certeza o con muy poca) de una imagen, de un momento, de un sonido, de una voz, de una música, de un color, de un paisaje, de una mirada, de un rostro, de un muro o de una ventana, de un rayo de luz o de una oscuridad que nos visite; a propósito de nosotros mismos, y por un tiempo, será el pasado -y el presente- quien nos acompañe.
THE PAST
2013, The Past, France
Director: Asghar Farhadi
Script: Asghar Farhadi
Photography: Mahmoud Kalari
Cast: Berenice Bajo, Thar Rahim, Babak Karimi, Alli Mosaffa, Pauline Burlet, Elyes Aguis, Jeanne Jestin, Sabine Quazani y Valeria Cavalli.
Sketch. Notes on living the experience of watching a movie.
Where does the film happen? Where does it happen?
About Elly and The Past of Asghar Farhadi.
In The Past everything happens from there, from a past. All that is offered to the spectator is the present of a group of very lively characters, very loaded, drenched in their deepest levels, of what their individual and as a group stories have been, as a family, even the children who participate in the film Carry on their little bodies the weight of their past. They are those levels that constitute us in our essence, with wounds, with marks, with scars, that for brief moments, let us glimpse the joy of some time that was better.
In an exercise of analogy; we could consider in relation to these two films that Farhadi’s cinema is also an exercise in construction and by layers, which contribute to the cinematic body of his films: a density and an attractive thickness and full of a vital pulse.
In The Past we find again the idea that is presented to us in About Elly, which has to do with the importance or the place that occupy the questions about ourselves, about our links, about our life partners, about our intimate relationships, about our family.
Farhadi’s cinema is clear and deep, a film of questions rather than answers, perhaps the answers do not exist as such. In each delicately constructed frame we can perceive that there is a large portion of energy that touches, collides and constitutes big matter, a material body, which is transforming the film In a total, that occupies the entire space of the screen and of us as spectators (conscious). Everything seems tremendously seductive, despite the violence, despite the sadness and despite the nostalgia; And we are suffocating and drowning together, we are shipwrecked in the middle of a furious human storm.
Keep moving is the rule, immobility as spectators, being paralyzed in the face of the horror of everything that happens can be a mistake that costs us our survival, we move, even to stay hidden in some corner of that place, that space invaded by all, even the characters of the story, besides the domestic, as well as the objects, besides the time, of the deterioration, of the dirt, that combines with the new painting or with Cleaning or remodeling; The physical space inhabited by the complete history, the characters and even the landscape – which is seen and contemplated from there – everything that lives in it is important for Farhadi, reinforces the idea of the basic units of time-space that constitute the Cinema as language: frame, scene and sequence.
A film is a territory inhabited by history and by us as spectators. Then we are confronted to an investigative exercise, an exercise of exploration, in an unknown zone and without antecedents, almost without anything, in a state of ignorance that at times pisses us off; And in others it favors us because it forces us to be very receptive and sensitive so that we do not lose anything (or perhaps to lose ourselves) of what we are finding along this journey. We go on a trip through a territory delimited by The past, in a space, the house, subjected to a demolition exercise, a fine work of collapse with explosives, removing, digging to find some traces, some information about the story of each character, some signs of who Are those who are there, about the story of that place, that house, that beach, that city; Nothing is very concrete, there is always the possibility that everything changes, that someone or something disappears or leave forever.
It is then that story is intimately transformed into what each of us has been able to rescue and keep, confirming once again our status as spectators when we are attending the event of a film, the experience of watching a movie and in another day, after the memory (without certainty or with very little) of an image, a moment, a sound, a voice, a music, a color, a landscape, a look, a Face, a wall or a window, a ray of light or a darkness that visits us; And for a time, the past – and the present – will be with us.